domingo, abril 16, 2006

Uribe Vs Uribe

Aunque este artículo no va en contra del Señor Uribe directamente, si habla acerca de la grosería que tiene para responder a los demás.

Publicado en El Pais el día Sábado 15 de Abril

Hechos y Desechos. Por: Diego Martínez Lloreda

Uribe, la peor amenaza para Uribe
Abril 15 de 2006

Así los ‘furibistas’ estén felices con el regaño que el presidente Uribe le pegó al Director de Semana, yo creo que esa pataleta no le hizo ningún bien a su aspiración reeleccionista.

Uribe está en su legítimo derecho de disentir de los cuestionamientos de Semana a su elección y a algunos de sus colaboradores. Lo que sí no le queda bien es calificar esas publicaciones de “graciosas y frívolas”, porque no lo son, y acusar al director de la revista -que no es propiamente la Negra Candela- de irresponsable.

Si el Mandatario dio papaya con el nombramiento como cónsul en Milán de Jorge Noguera, el cuestionado ex director del DAS que salió de esa entidad en medio de acusaciones de tener vínculos con los paramilitares, hay que ver la que está dando con la intemperancia que está mostrando frente a las críticas.

Con esas salidas de la ropa, el Mandatario les da la razón a quienes dicen que no se sabe controlar, que es autoritario y que no acepta las críticas.

Sin querer decir que la publicación de Semana tenga motivaciones políticas -eso sólo lo puede saber Alejandro Santos, el director de la revista- Uribe tiene que tener claro que en este mes largo que queda para las elecciones, sus rivales van a escarbar en todos los actos del Gobierno a ver que encuentran que sirva para reducir la ventaja que el Presidente les lleva en las encuestas.

Si ante todas las denuncias, Uribe reacciona como lo hizo frente a lo que publicó Semana, el famoso efecto teflón puede terminar rompiéndose y al final, a lo peor para él, hasta se le embolata la reelección.

Por eso, la mayor amenaza para Álvaro Uribe no son sus competidores, sino él mismo.

Horacio Serpa marcha de frente hacia su tercer fracaso electoral. Cada vez sus propuestas -como la de doblar por decreto el salario mínimo- son más absurdas e incumplibles. Y cada vez sus salidas son más desafortunadas. Qué tal el descaro de poner en duda la legitimidad del actual Gobierno, cuando él fue protagonista de primera línea del gobierno menos legítimo de la historia reciente del país. Y si no compartió la suerte de otros funcionarios de esa administración, como Fernando Botero, fue por un milagro de Dios y de la Fiscalía. ¡De qué legitimidad puede hablar Serpa, por Dios! Sobre todo si, para mayor dolor, fue embajador del Gobierno que ahora cuestiona.

No me cabe la menor duda que dentro de un par de meses, después del descalabro que de seguro sufrirá en los comicios, Serpa no tendrá inconveniente para aceptarle a Uribe una nueva ‘palomita’ diplomática.

Lo que más deben estar agradeciendo en este momento los ‘furibistas’ es que la maquinaria liberal haya impuesto como candidato a Serpa. Porque si de pronto en ese sitio estuvieran Pardo o Rivera reclamando legimitidad, a lo mejor al Gobierno se le complicaba más la cosa.

Si Serpa es el principal rival de Uribe, que podemos esperar de los demás. Carlos Gaviria es un jurista respetable, pero está claro que no tiene el carisma ni la sagacidad para competir contra un monstruo de la política como Uribe. Eso sí, a lo mejor le alcanza para ganarle al candidato liberal, como parece ser la tendencia que muestran las últimas encuestas, lo que para la izquierda democrática colombiana sería un gran avance. Aún derrotando a un aspirante tan flojo como el folclórico Horacio. A Leyva, que es la ficha que en su inmensa miopía política se están jugando las Farc, mejor ni le gastemos tinta.

Queda claro entonces que a sus competidores, el Presidente los tiene bajo control. Lo que Uribe tiene que controlar en los 40 días que quedan de campaña es su lengua y su carácter. Porque si sigue dejando que le saquen la piedra como le ocurrió esta semana, de pronto se le enreda una reelección que hasta hace muy poco parecía asegurada.

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