martes, mayo 02, 2006

Cuatro personas distintas, un solo barullo verdadero.

Bueno esta columna es escrit por el hermano del Ex Presidente Samper, el reconocido periodista Daniel Samper y fue publicada en el diario El Tiempo del lunes 2 de mayo de 2006. Aquí va:


Daniel Samper Pizano

CAMBALACHE
Álvaro, Álvaro, Álvaro y Álvaro (Se publicará el 3 de mayo de 2006)

Cuatro personas distintas, un solo barullo verdadero.

Álvaro Uribe ha superado a la Santísima Trinidad. En ella reinan tres personas distintas y un solo Dios verdadero. Uribe, en cambio, aloja a cuatro individuos diferentes detrás de las mismas gafas: Álvaro, el Presidente; Álvaro, el candidato; Álvaro, el vocero de la Presidencia; y Álvaro, el vocero de la campaña reelectoral. La maniobra tiene su gracia, pero es mala para él, mala para su gobierno, mala para la campaña y, sobre todo, mala para el país.

La confusión entre Presidente y candidato ya ha resultado bastante dañina. Aunque la Corte Constitucional y el Congreso hayan fijado límites, la práctica prueba que es imposible precisarlos. Y mucho menos al agregar dos voces más a la cacofonía: Uribe, representante de la Presidencia, y Uribe, intérprete de la campaña. La institución del vocero es válvula indispensable de comunicación de una entidad. Generalmente actúa como instancia para aclarar y resolver problemas de comunicación pequeños y medianos, pero a veces sirve como pieza de sacrificio, según lo demostró recientemente George Bush. En España es tan importante que reviste máxima categoría administrativa: el Portavoz del Gobierno es un ministro con toda la barba. Solo cuando una situación sube de temperatura o un tema desborda la trascendencia cotidiana se ocupan de él la vicepresidencia o el propio presidente. Igual ocurre en las campañas, que tienen un funcionario especializado en dialogar con la prensa y responder sus preguntas. El candidato se reserva para cosas mayores.

Uribe, que ni siquiera necesitaba hacer una campaña agresiva porque arrancó con 70 por ciento de simpatía en las encuestas, resolvió que no le bastaba con ser simultáneamente Presidente y candidato a sucederse a sí mismo, y ahora también funge como vocero del gobierno y la campaña. Con la tesis de que él “pone la cara” (hay muchas maneras de ponerla, y, sobre todo, primero conviene asegurarse de que aquello que se está poniendo sí es la cara), se le mide a toda pelea, entra en todo conflicto, participa en toda riña y descuelga todo teléfono. Como chiva, es el sueño de cualquier periodista. Como fogonero de tensiones, un verdadero peligro. Sus propios asesores dicen que prefiere “las emisoras de los pueblos a la CNN”. Por eso no rechaza ninguna oportunidad para largar su oratoria rusticoide: “Mi diosito sabe hacer sus cosas”… “¡Qué bonito nombre el de su emisora de Soacha: ¡Radio Rumbos!”… “Dios me mandó decir con San Pedro que me daba una chequera delgaditica porque en cambio me había dado ganas grandes de trabajar”…

Casi siempre ese contacto directo y constante con las ondas hertzianas produce algo de información y mucho de demagogia. Pero en ciertos momentos pone a los cuatro Álvaros en situación nada recomendable, como cuando se agarró al aire con el director de Semana. Una cosa es que Álvaro, portavoz de Palacio o de la campaña, pelee con un periodista. Pero otra es que lo hagan Álvaro, el Primer Mandatario, o incluso Álvaro, el candidato. Entre otras cosas, porque su omnipresencia permite presumir que no se mueve una tecla sin su aprobación, y que propagandas electorales tan lamentables como la que ataca a la Unión Patriótica, un movimiento que fue liquidado a tiros, quizás recibieron su visto bueno.

Lo paradójico es que, por otro lado, ninguno de los cuatro Álvaros acude o se hace representar en instancias de comunicación regulares, como los debates de candidatos o las citaciones al Congreso.

La gasolina verbal aporta peligrosa tensión a una campaña herida por los deplorables asesinatos de Jaime Gómez y Liliana Gaviria. Ya era enredado lo del Presidente-candidato, como para que Uribe lo embarulle aún más al erigirse vocero de todo lo visible e invisible.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Keep up the good work. thnx!
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Anónimo dijo...

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